Terminó el show de la Suprema Corte, no la Tremenda Corte de Tres Patines, pero al final prevaleció la comedia. El espectador finalmente quedó confundido y sin diversión. Al menos hubieran recreado el espectáculo del legendario comediante cubano y habría menos gente desorientada. El gatopardismo, de cambiar todo para que nada cambie, hizo de nuevo su aparición. Sí, las cosas quedaron igual.
Ahora vamos a los hechos prácticos. Si usted, caro lector, ve reflejado el cambio con una reducción de lo que paga en su recibo de luz en pleno verano, significa que hay un presidente que se preocupa por el bienestar del pueblo.
Y si continúa pagando lo mismo o más por su consumo de energía en este desierto sonorense, es que le vieron de nuevo la cara y da lo mismo que el control eléctrico sea ejercido por el gobierno o empresas particulares.
Total que los ministros de la Tremenda… perdón, de la Suprema Corte, quedaron divididos, para estar a tono con la estrategia presidencial. Ahora la luz se polarizó. Cuatro ministros bastaron para que AMO ganara el round. Ahora los siete que razonaron diferente en términos constitucionales, esperarán el segundo round para avalar una lluvia de amparos que tendrán como primera aduana los tribunales.
Aquí nadie gana o pierde.
La siguiente batalla, en San Lázaro, promete estar electrizante. A ver cuántos legisladores resultan quemados o chamuscados.
Bueno, en este modesto espacio siempre hemos creído que la historia es la mejor consejera. Y si no, haga memoria:
En el año 2000 Vicente Fox llegó al poder por prometer el cambio. Todo quedó en un simple gatopardismo.
Y 18 años después Andrés Manuel López Obrador llegó a la meta en su tercer intento prometiendo lo mismo. De nuevo se impuso el gatopardismo.
¿En qué ha mejorado este gobierno la vida nacional?
Todo sigue igual, salvó unos cuantos miles de beneficiados con becas y apoyos (igual que en el pasado), que sirven para salir al paso pero nunca mejorarán su vida.
El asunto de las altas tarifas de luz sí es importante, al menos en Sonora.
Sin aire acondicionado es vivir en el infierno.
Y resulta caro vivir con aires acondicionados en casa.
Por eso debemos reflexionar: Después de 22 años sin cambios, ¿usted confiará en políticos que prometen el cambio?