El Congreso de Sonora, antaño conocido como caro e ineficiente, hoy arrastra una fama parecida a ser nido de delincuentes, pero parece que el escándalo del asesinato de un ex diputado por ajuste de cuentas entre grupos del crimen organizado y el involucramiento de otro ex legislador, no preocupa a los actuales inquilinos del Poder Legislativo.
Nadie de la actual legislatura ha ofrecido disculpas a la sociedad sonorense por este escándalo que tiene todos los ingredientes de un thriller cinematográfico que enaltece la ética, honorabilidad, honradez y honestidad de cualquier legislador que se asume como representante popular.
La historia es conocida: Dos ex diputados locales del honorable Partido del Trabajo se vieron involucrados en un caso de aparente robo millonario, algo así como siete millones de pesos. Ambos ocuparon la misma curul. El muerto respondía al nombre de Daniel Palafox y llegó al Congreso como suplente de su compañero Rodolfo Lizárraga, quien buscó, infructuosamente, la alcaldía de Guaymas en el pasado proceso electoral.
Hubo fricciones porque el informático Palafox se negaba a devolver la curul a Lizárraga, un comediante en receso que parodiaba con bastante éxito a Juan Gabriel. Finalmente las aguas recobraron su nivel. Pero el 29 de enero se reportó la desaparición de Palafox. El 4 de febrero fue localizado sin vida.
El 8 de febrero se informó que se investigaba una denuncia de robo a Lizárraga, en el que estaba implicado Palafox. El monto, unos siete millones de pesos guardados debajo de un colchón, que supuestamente serían utilizado en una campaña electoral. Fueron detenidos cuatro personas: Jesús Iván Acevedo, regidor del Ayuntamiento de Guaymas por Fuerza por México, Roberto Palafox Suárez (hermano del finado), asesor jurídico, Bryan Suárez Ponce, pareja sentimental del ex diputado Lizárraga y José Luis Angulo Tapia.
Ese es el contexto.
Pero la historia seguramente dará para más.
En el pasado reciente un suplente ordenó matar al propietario de la curul que busca otro puesto. Ya no regresó a su curul pero el beneficiario no disfruto las mieles del poder: Fue a prisión.
Así que las diferencias políticas entre propietarios y suplentes de una curul legislativa, a veces, se dirimen a balazos.
La historia podría repetirse en la actual legislatura. No se puede descartar. En la búsqueda de la siguiente liana suceden cosas poco comprensibles. Y como se recrea la famosa frase de que gavilán que agarra y suelta no es gavilán… todo puede suceder.
Las facciones legislativas se sienten con amplios poderes, hasta en Comunicación Social y puestos administrativos.
En el caso del diputado asesinado circuló un video del ex diputado Palafox. Por si no lo vio aquí se lo repetimos. Usted saque sus propias conclusiones.