Las empresas afiliadas a la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) advirtieron a los legisladores que la reforma eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador provocará que las exportaciones mexicanas estén sujetas a represalias comerciales por sus socios, a impuestos al carbono a manufacturas, por el uso de combustibles sucios, lo que hará menos atractivo a México.
La industria automotriz dijo que sus empresas trabajan a marchas forzadas para definir el destino de dónde se producirán los vehículos del futuro, en el que “México se ha ganado una posición privilegiada en el contexto global de la industria”. “¡No la pongamos en riesgo!”, lanzó José Zozaya, presidente de la AMIA.
Definió que la energía eléctrica, su garantía de capacidad, y la forma en que se produce será uno de los elementos más importantes para la producción de vehículos del futuro.
Para que la industria automotriz establecida en México siga siendo competitiva es “indispensable asegurar el acceso a energías limpias, a precios competitivos y abastecimiento suficiente”, estableció su presidente.
“Celebramos el compromiso del Estado en mejorar y adaptarse a las necesidades de la ciudadanía; sin embargo, rechazamos por las razones antes expuestas la iniciativa de reforma constitucional en cuestión y solicitamos a las autoridades considerar los efectos negativos que ésta traería al medio ambiente, la inversión y por ende, a México”, puntualizó Zozaya.