La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos.
La MGF es reconocida internacionalmente como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas.
En 2012, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidad (ONU) designó el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina, para concientizar y dirigir esfuerzos para la eliminar esta práctica.
La mutilación genital femenina y el COVID-19
Expertos han alertado que muchos países podrían experimentar un aumento en los casos de MGF, pero ¿por qué?
El cierre de escuelas, la interrupción de programas de prevención de la mutilación genital femenina y de protección de infancia, así como el empobrecimiento de los hogares como consecuencia de las restricciones provocadas por COVID-19 pueden mermar los logros alcanzados para acabar con la mutilación genital femenina.
De acuerdo con Ghati Alfons, quien creó la fundación Safe Engage para luchar contra la MGF, los confinamientos y los cierres de escuelas hicieron que muchas niñas perdieran ese espacio de seguridad y quedaran en sus casas, vulnerables a la mutilación “en comunidades que ven la práctica como un pre requisito para el matrimonio y, en algunos lugares, un rito de pasaje”.
“Las ausentes del curso de Ghati Alfons forman parte de una oleada masiva de niñas que se cree que han sido sometidas a la MGF, y en muchos casos, posteriormente casadas, desde el comienzo de la pandemia de coronavirus”, explicó María Godoy, autora del artículo en NPR.
Domtila Chesang, de otra fundación contra la MGF, I-Rep, del oeste de Kenia, detalló: “Normalmente las niñas están protegidas por el hecho de estar en la escuela, que es una alternativa al matrimonio”.
Debido a la crisis económica derivada del COVID-19, muchos padres y madres han considerado casar a sus hijas por el pago que reciben.
El Fondo de Población de la ONU estima que tras las interrupciones en los programas de prevención 2 millones de mujeres y niñas podrían sufrir mutilación genital femenina.
Las cicatrices que deja la mutilación genital femenina duran toda la vida.
¡Tenemos que proteger a las niñas y defender sus derechos!
via @ONUMujeres #endFGM #GeneraciónIgualdad pic.twitter.com/aJTGPkJlmr— ONU Noticias México (@CINUmexico) February 6, 2021
La MGF, un acto inhumano
La mutilación genital puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte.
De acuerdo con la ONU, esta práctica se realiza en al menos 30 países de África y de Oriente Medio y Asia meridional, así como algunos países asiáticos (India, Indonesia, Iraq y Paquistán) y algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica. Asimismo, persiste en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norte América, Australia y Nueva Zelanda.
La mutilación genital femenina es una manifestación flagrante de la desigualdad entre los géneros que está profundamente arraigada en las estructuras sociales, económicas y políticas
– António Guterres
Secretario general de la ONU
Se calcula que, hasta 2019 aproximadamente 200 millones de niñas y mujeres sufrieron la mutilación de sus genitales, según datos de la ONU.
A nivel cultural estas prácticas reflejan las desigualdades entre los diferentes sexos en estas sociedades. Estos rasgos presentan ideales muy arraigados sobre formas extremas de trato a las mujeres, discriminando y dañando su dignidad.