Las millonarias reservas de litio en Sonora son codiciadas por el gobierno federal. Por lo pronto, las tierras concesionadas a representantes de empresas extranjeras poco parece importar. El método socialista ya se alista: La nacionalización de este valioso elemento químico que se utiliza en industrias de todo tipo, hasta la farmacéutica, y que en un momento dado podría cambiar el balance de poder en el mundo, desplazando al petróleo, el energético consentido del actual régimen.
El titular de la Semarnat, Víctor Manuel Toledo, parece ser la avanzada en este movimiento. Este funcionario acaba de declarar que el gobierno mexicano debería nacionalizar el litio, “recurso que se encuentra en abundancia, por ejemplo, en Sonora, y que quieren explotar firmas chinas e inglesas”.
Para dar este paso, considera que el gobierno de la 4T debe crear una empresa para controlar el litio, que, de acuerdo a expertos, es la energía del futuro para la fabricación de baterías para autos eléctricos, computadoras y celulares.
Bueno, eso parecen ser los planes.
Pero la bonanza o el cuerno de la abundancia no es nuevo. Las primeras exploraciones en Sonora, por ejemplo en Bacadéhuachi, iniciaron en 1994, cuando un ganadero de la región permitió el ingreso a sus tierras a la empresa Bacanora Lithium, para el proyecto Litio Sonora. Los geólogos se llevaron muestras y volvieron ocho años después para hacer mediciones.
Hace 10 años Bacanora Lithium realizó los primeros estudios. Hizo como 115 barrenos, según recuerda el ranchero, quien primero dio permiso para los estudios y luego le ofrecieron comprar sus tierras, unas mil 900 hectáreas que hoy forman parte del proyecto Litio Sonora.
En Bacadéhuachi está una reserva natural de litio de unas 4 mil 500 millones de toneladas, considerada de las más grandes del mundo. Luego de estudios de factibilidad, obtener los permisos requeridos y asegurar el acceso a la tierra, la empresa británica Bacanora Lithium (en alianza con la china Ganfeng Lithium) adquirió los terrenos necesarios donde tienen 10 concesiones mineras en la zona conocida como La Ventana.
La empresa inglesa prevé extraer en Bacadéhuachi 35 mil toneladas de litio al año, lo que colocará a Sonora como uno de los máximos productores del mineral a nivel mundial.
¿Y cómo está la situación legal?
De acuerdo con Jorge Vidal Ahumada, secretario de Economía de Sonora, Bacanora Lithium hará una inversión en una primera etapa de 420 millones de dólares en la que generará mil 200 empleos. En una segunda etapa, la inversión será de 380 millones de dólares, con la generación de mil empleos en la construcción, además de otros 490 en la mina.
El funcionario refirió que en el estado está explotando 33% de su territorio, pero reconoció que de acuerdo con las nuevas políticas federales está vetada la explotación para nuevas concesiones.
“Las concesiones que están otorgadas, aunque no estén operadas, son válidas; en este caso (de Bacanora Lithium), la empresa tenía la concesión y tiene los permisos de agua, de uso de suelo, todos al corriente”, explicó el secretario de Economía estatal.
Los derechos están, supuestamente, asegurados. Pero esas concesiones no aguantarían una nacionalización. Y entonces peligrarían las inversiones y los empleos en una zona en que sus habitantes abandonan su terruño por falta de trabajo.
El litio seguramente desplazará al petróleo. Y como Pemex terminarán con su potencial. Hoy la situación importa porque la riqueza está en Sonora y afectará a los sonorenses, no nada más a las empresas afectadas. La pregunta es “cuánto falta para el proceso de nacionalización del litio sonorense?