La sucesión gubernamental en Sonora podría estar en su etapa de definiciones. Las estrategias, los acuerdos, deben estar a la orden del día. Y todo hace indicar que la operación, las riendas, están en manos de la gobernadora Claudia Pavlovich.
Como esa interesante jugada de impulsar a la petista Ana Gabriela Guevara para dividir el voto en Morena, en general, y en particular a Alfonso Durazo.
La queja viene del entorno de Durazo. Según el portal la Política Online, en privado, Durazo repite que Guevara conserva una alianza con Claudia Pavlovich, quien -según su teoría- movilizaría las estructuras del PRI sonorense en favor de la ex atleta, siempre bajo la premisa de conseguir una sucesora “a modo”.
El medio contextualiza: Este relato se construye sobre un pasado reciente muy concreto: Guevara declinó a su candidatura para la gubernatura de Sonora, y pidió públicamente votar por Pavlovich en 2015. Ocurrió en medio de una investigación por presunta defraudación fiscal, que el Gobierno de Enrique Peña Nieto perdonaría un mes después de su declinación.
La Política Online desmenuza: El titular de la Secretaría de Seguridad, Alfonso Durazo, ya tiene su cabeza en Sonora. Y esa ambición silenciosa, pero conocida por todo el Gabinete, es la principal crítica que recibe entre algunos generales. La más reciente, como explicó LPO, es la queja que se instaló en el entorno de Audomaro Martínez por la “grilla” sobre el estado de salud del jefe de inteligencia de la 4T.
Y complementa: Durazo sabe que los magros resultados en el combate a la violencia no le juegan a favor para conseguir la candidatura en Morena, aunque en las Fuerzas no verían con malos ojos este movimiento político, que implicaría acaso un cambio positivo en el control de la estrategia de seguridad.
Bueno, el de Bavispe entiende que Sonora no le será entregado en charola de plata. Si lo quiere, deberá de luchar. Y el resultado final será obtenido tinto en sangre. A favor o en contra, es la interrogante.
La buena noticia que podría recibir el secretario de Seguridad es la no confirmada que el PRI Sonora sólo cuenta con siete mil militantes.
La mala es que la gobernadora cuenta con la fuerza suficiente para enfrentarlo en una competencia sin ventajas. Como la astucia política, por ejemplo. Ana Guevara le debe traer buenas ganas a Durazo. El golpeteo mediático contra ella, dicen, proviene de la Secretaría de Seguridad.
El juego apenas inicia.
Y desde esta humilde trinchera nuestro apoyo solidario a Miguel Pompa por los problemas de salud de su hija. Es en estos momentos cuando se conoce a un verdadero padre. Corrió la versión de que El Potrillo había renunciado para dedicarse de tiempo completo a su problema, lo cual fue desmentido desde el Gobierno de Sonora. Lo que se sabe es que recibió el permiso para ausentarse del trabajo. Quizá por esas ausencias se especuló sobre la renuncia. La prioridad para Miguel en estos momentos es su hija. Ojalá que este asunto no sea contaminado con la política.
La sucesión gubernamental en Sonora podría estar en su etapa de definiciones. Las estrategias, los acuerdos, deben estar a la orden del día. Y todo hace indicar que la operación, las riendas, están en manos de la gobernadora Claudia Pavlovich.
Como esa interesante jugada de impulsar a la petista Ana Gabriela Guevara para dividir el voto en Morena, en general, y en particular a Alfonso Durazo.
La queja viene del entorno de Durazo. Según el portal la Política Online, en privado, Durazo repite que Guevara conserva una alianza con Claudia Pavlovich, quien -según su teoría- movilizaría las estructuras del PRI sonorense en favor de la ex atleta, siempre bajo la premisa de conseguir una sucesora “a modo”.
El medio contextualiza: Este relato se construye sobre un pasado reciente muy concreto: Guevara declinó a su candidatura para la gubernatura de Sonora, y pidió públicamente votar por Pavlovich en 2015. Ocurrió en medio de una investigación por presunta defraudación fiscal, que el Gobierno de Enrique Peña Nieto perdonaría un mes después de su declinación.
La Política Online desmenuza: El titular de la Secretaría de Seguridad, Alfonso Durazo, ya tiene su cabeza en Sonora. Y esa ambición silenciosa, pero conocida por todo el Gabinete, es la principal crítica que recibe entre algunos generales. La más reciente, como explicó LPO, es la queja que se instaló en el entorno de Audomaro Martínez por la “grilla” sobre el estado de salud del jefe de inteligencia de la 4T.
Y complementa: Durazo sabe que los magros resultados en el combate a la violencia no le juegan a favor para conseguir la candidatura en Morena, aunque en las Fuerzas no verían con malos ojos este movimiento político, que implicaría acaso un cambio positivo en el control de la estrategia de seguridad.
Bueno, el de Bavispe entiende que Sonora no le será entregado en charola de plata. Si lo quiere, deberá de luchar. Y el resultado final será obtenido tinto en sangre. A favor o en contra, es la interrogante.
La buena noticia que podría recibir el secretario de Seguridad es la no confirmada que el PRI Sonora sólo cuenta con siete mil militantes.
La mala es que la gobernadora cuenta con la fuerza suficiente para enfrentarlo en una competencia sin ventajas. Como la astucia política, por ejemplo. Ana Guevara le debe traer buenas ganas a Durazo. El golpeteo mediático contra ella, dicen, proviene de la Secretaría de Seguridad.
El juego apenas inicia.
Y desde esta humilde trinchera nuestro apoyo solidario a Miguel Pompa por los problemas de salud de su hija. Es en estos momentos cuando se conoce a un verdadero padre. Corrió la versión de que El Potrillo había renunciado para dedicarse de tiempo completo a su problema, lo cual fue desmentido desde el Gobierno de Sonora. Lo que se sabe es que recibió el permiso para ausentarse del trabajo. Quizá por esas ausencias se especuló sobre la renuncia. La prioridad para Miguel en estos momentos es su hija. Ojalá que este asunto no sea contaminado con la política.