HA LLEGADO AL CUARTO AÑO DE SU ADMINISTRACIÓN Y LA GOBERNADORA DE SONORA DEBERÁ HACER FRENTE EN LO QUE RESTA DE SU GOBIERNO, DE LO QUE MUCHOS CONSIDERAN EL DECLIVE DE SU FORTALEZA POLÍTICA, pero, además, la incertidumbre para muchos de su colaboradores, aliados y amistades en torno a su futuro inmediato al acercarse la sucesión gubernamental.
En lo sucesivo, Claudia Pavlovich y quizá a partir de su cuarto informe de gobierno el próximo 13 de octubre, empezará a transitar por un sendero que ya han cubierto todos sus antecesores y que irremediablemente llevan a un destino: la soledad y en muchos casos, el desengaño.
Ese tránsito lo recorrerá con sus más leales, con los que de siempre se comprometieron en y con su proyecto, los que saben aún en estos momentos, que se la jugarán con ella hasta el final y que, realmente, serán pocos.
Porque los otros, los que se acercaron hacia ella en los momentos de la euforia del triunfo y del utilitarismo, ya empiezan a construir las alianzas con otros proyectos unos y otros a negociar el control de la política sonorense.
Hay quienes creen en estos momentos que la mandataria sonorense está debilitada o ha perdido empuje luego de la llegada de la cuatroté al gobierno federal, y han construido estrategias a priori y realizado balances equivocados.
Ciertamente a la gobernadora le quedarán… digamos en términos reales poco más de un año de gobierno efectivo sin que los asuntos electorales desplacen de la agenda del debate y sobre todo la mediática, sus acciones, temáticas y narrativa.
Y así será por los intereses propios de contexto sociopolítico por un lado y por otro… porque así es la política de ingrata.
Sin embargo, quienes hagan esos cálculos anticipados podrían equivocarse en este caso porque contrario a otros tiempos, la gobernadora Pavlovich ha sabido hacer política de primer nivel aun cuando otros le escatimen esa cualidad.
Se ha convertido en una aliada de primer nivel del presidente Andrés Manuel López Obrador y en contrario de otros gobernadores, la sonorense ha mantenido una relación cordial, institucional y de respeto mutuo.
Eso le ha servido para que el destino de Sonora en los próximos años sea distinto al de otras regiones del país.
Ciertamente el presupuesto para el Estado podría no modificarse sustancialmente, pero la Federación compensará la falta de recursos con proyectos que detonarán el crecimiento de la Entidad y de sus principales regiones, lo cual será una carga menos para la gobernadora.
Esa será su agenda en lo que resta de este 2019 y en el 2020 en tanto llegan los tiempos de las decisiones y las definiciones reales.
Eso es lo que no han calculado los que en estos momentos empiezan a deslindarse de la mandataria, de considerar que incumple sus compromisos y acuerdos, y de sobre todas las cosas, no saber tomar decisiones.
La gobernadora entiende los tiempos de la política mexicana y ni qué decir de la sonorense.
Sabe por eso mismo que a estas alturas de su administración, estará más vulnerable a los cuestionamientos, a resaltar las debilidades, a exponer presuntas fallas en su administración.
Y así ha sido, así se ha observado.
Por eso, se prepara para la etapa que viene.
El final de su gobierno en donde empezará a transitarla con cierta soledad.
Los leales, los comprometidos, son quienes le acompañarán hasta el final.
Ella sabe… sabrá quiénes son.
Y en tanto, seguirá construyendo el séptimo año.
Por cierto, pocos han acertado a entender por qué el séptimo año.
Quizá la gobernadora se refiera a lo que indica a Ley de Responsabilidades Públicas del Gobierno de Estado en su artículo 114 que indica:
“Artículo 114.- Para el caso de faltas administrativas no graves, las facultades de la Secretaría o de los Órganos Internos de Control para imponer las sanciones prescribirán en tres años, contados a partir del día siguiente al que se hubieren cometido las infracciones, o a partir del momento en que hubieren cesado.
Cuando se trate de faltas administrativas graves o faltas de particulares, el plazo de prescripción será de siete años, contados en los mismos términos del párrafo anterior.”
Es decir, que su gobierno transite con total transparencia y rendición de cuentas para que nadie haga señalamientos de mal uso de los recursos públicos.
Puede ser ese el séptimo año.
Como sea, Claudia Pavlovich se encamina y prepara para enfrentar a salida de algunos de sus colaboradores o de quienes han sido entusiastas promotores, para ponerse del otro lado de la línea.
Y de ahí, lo que sigue.
A PROPÓSITO, LA GOBERNADORA SONORENSE LIDIA CON EL TEMA DE LOS FEMINICIDIOS, RENGLÓN EN EL CUAL EL ESTADO APARECE EN LOS CUADROS a nivel nacional con números importantes de delitos cometidos en este género.
La razón es que cuando se comete una muerte violenta en una mujer, la Fiscalía General del Estado clasifica de manera inmediata como feminicidio el hecho, y luego de iniciar las investigaciones, se puede resolver si en realidad se trató de un delito de esa naturaleza o simplemente en un acto doloso.
Pero la ley aquí así está. Es el único estado del país que tipifica todas las muertes de mujeres como feminicidios.
En las otras entidades la legislación no lo considera así, y es por ello que Sonora saldrá con estadísticas altas.
Esa misma información compartió recientemente la fiscal sonorense Claudia Indira Contreras en una comparecencia ante los diputados locales.