El auditor mayor del ISAF (Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización, es decir el vigilante mayor del origen y aplicación de los recursos públicos del Estado), Ramón Moya Grijalva, está ante su gran oportunidad de expiar culpas del pasado, cuando fue inhabilitado por presuntos malos manejos en el ISSSTESON en el gobierno de Manlio Fabio Beltrones y en la administración del polémico Carlos Millán Félix.
Bueno, la culpa de Moya bien pudo haber sido el ocultar los pecados de su jefe Millán Félix, cuando fue director del ISSSTESON.
Pero el punto es que fue inhabilitado.
Por eso hoy estaría ante su santa oportunidad de expiar culpas del pasado.
Moya fue subdirector de Finanzas y encargado de la Vocalía Ejecutiva del FOVISSSTESON, de julio de 1994 a octubre de 1997.
Antes fue uno de los hombres de confianza del entonces poderoso Humberto Valdés Ruy Sánchez, en la Secretaría de Planeación del Desarrollo, en el gobierno del tío Rodolfo Félix Valdés. Tío de Humberto, claro, no de Moya.
Posteriormente Moya ejerció un respetable poder por muchos años en el Congreso del Estado, donde fue el gran sheriff en las cuentas públicas.
Eran los tiempos de jauja en el Congreso. Entonces destacaba David Suilo al ser acusado de tomar dinero del Legislativo para las apuestas de sus jefes y comprar boletos de avión y apartar asientos de cantantes famosos, como Luis Miguel. Para una presentación de este artista habría comprado boletos para sus suegros, amigos y hermanos. Este personaje, decían, se daba toda una vida de sultán. Su apellido fue muy famoso por un tío que era contratado como espantacigüeñas.
Hoy el ISSSTESON estaría por recibir una buena carretada de recursos por la venta de estadios de beisbol en Hermosillo y Ciudad Obregón.
Moya ya conoce el caminito.
Todo es cuestión de transmitir sus buenos consejos y experiencia al actual director del ISSSTESON.
Aguas con el mal llamado sexo débil
Después de presenciar la violencia de mujeres contra el orden establecido, por ataques sexuales contra jovencitas en el sur del país, uno solo alcanza a exclamar ¡aguas con este movimiento!
Este plan ya está funcionando en Sonora, concretamente en Hermosillo y Ciudad Obregón.
Es la rebelión de mujeres contra el machismo.
Que bien podría estar financiado por carteras muy abultadas que claman por un pleito contra Andrés Manuel López Obrador, claro, sin dar la cara.
En las benditas redes sociales ya es famosa la versión de que algunos agitadores y agitadoras son originarias de Centroamérica que buscan el sueño americano. El fulano que propinó tremendo golpazo a un periodista en plena transmisión podría dar luz en este asunto. Claro, si no lo tienen bien escondido.
El plan sería sencillo: Contrata a las guías de la manifestación. Las seguidoras serían auténticas y nada cobrarían. Así, el reclamo sería verídico.
A propósito de política central, ya hace buen tiempo que nada se menciona sobre la revocación de mandato. ¿Será que ya se dieron cuenta que podrían perder en una votación constitucional? Muchas preocupaciones tiene AMLO, no nada más las manifestaciones femeninas. Y Sonora, claro, está en las decepciones del Robin Hood mexicano que aún no acierta sus flechas en el blanco.
Zona peatonal
Esta galleta de animalitos fue uno de los muchos hermosillenses que exclamaron un grito de alegría ante la posibilidad de convertir en zona peatonal una parte del centro de Hermosillo.
Este proyecto es añejo.
Cuando el suscrito trabajó en el área de prensa del ochentero alcalde Temo Balderrama, ya había reuniones de trabajo con los dueños de negocios del primer cuadro de la capital, quienes se negaban a aportar su parte para resolver el gran problema: Cambiar la tubería de drenaje, que entonces ya estaba hecha pedazos.
Hoy ignoramos si este problema persiste.
Lo más seguro es que sí.
Porque la abundante lana que dejaron los parquímetros fue para modernizar la fachada de los negocios. Que sepamos, no alcanzó para rehabilitar el sistema de drenaje.
Pero bueno, hay que apoyar este proyecto de convertir en zona peatonal el centro de Hermosillo. Y sacar de circulación a los molestos camiones del transporte urbano y automovilistas que se meten al centro nada más para hacer bola. Los peatones se lo agradecerán. Y quién sabe, la historia también podría quedar agradecida. Pero por favor, siembren árboles que den sombra, no más palmeras de adorno y negocios.