No se hagan bolas: La violencia es el adversario político a vencer.
La violencia es un fenómeno de los tiempos actuales que todo puede arrasar, inclusive a nosotros como sociedad.
Sin sociedad, para qué diablos quieren a políticos y política.
Para qué querrían poder.
Es hora en que todas las fuerzas deben unirse por el bien mayor: El de la supervivencia como sociedad.
Sonora no escapa a esta tendencia nacional.
Y claro que hay responsables. Encabezan la lista los jefes policiacos de todas las corporaciones. Después los políticos encargados de mantener el orden y la paz social.
A los primeros es fácil depurar.
A los segundos, un poco más difícil.
Y complejo. Porque en un descuido son los menos responsables.
Pero con decisión todo se puede.
Aquí ya no es cuestión de esperar a planes.
O actúan con mano firme o estaremos al borde del precipicio como sociedad, como pueblo.
No, no es una exageración.
El gobierno puede pactar un acuerdo con el crimen organizado.
O declararle la guerra.
Dicen que la población drogadicta en Sonora podría alcanzar fácilmente un tercio.
En política se maneja mucho el famoso tercio mayor. O sea cuando tres fuerzas se disputan el triunfo electoral.
Aquí es un tercio de sangre, de violencia, de temor.
Y no es cuestión de ideologías.
Los tres principales municipios que experimentan el flagelo de la violencia son gobernados por Morena: Cajeme, Guaymas y Hermosillo.
¿Coincidencia?
Cualquier aprendiz sabe que en política no hay coincidencias.
¿Entonces qué esperan?
No esperen a que la gente se organice y prepare su movimiento.
El caldo de cultivo está hirviendo.
No esperen a ver a miles de ciudadanos salir a la calle para exigir paz.