La comparecencia de Marcelo Ebrard y Graciela Márquez Colin en el Senado no dejó grandes novedades, La postura del titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores fue apenas una extensión de las explicaciones que ya había dado en los últimos días. México ganó tiempo valioso para lograr una merma en el ingreso de migrantes en los próximos 45 días y así evitar la imposición de aranceles.

Quizás el aspecto más interesante de la presencia de Ebrard en la Cámara Alta fue la difusión del único documento firmado por el Gobierno de AMLO y la Casa Blanca, un papel que no se había mostrado hasta ese momento, y que había generado interminables suspicacias: en el círculo rojo de México se instaló la versión -agitada por el mismo Trump- de que México había cedido en algunos acuerdos secretos.

Ebrard inició su comparecencia mostrado ese documento. “Aprovecho para decirles que el día de hoy consultamos a nuestra contraparte -porque es inusual que se den a conocer todos los detalles- para poder mostrar el único documento que se ha signado, entre el consejero adjunto de la SRE y la abogada correspondiente por parte de EU”, anunció de entrada Ebrard.

“Es el único documento que se ha firmado y lo vengo a entregar el día de hoy. No existen más documentos o acuerdos que estos”, concluyó el secretario de Relaciones Exteriores, y generó un encendido aplauso de la bancada de Morena.

No fue casual el festejo de los senadores de la 4T. Muchos creyeron que se trataba del festejo típico de la bancada oficialista, respaldando, defendiendo o acaso vitoreando a un integrante del Gabinete. Nada más lejano a la realidad.

En rigor, apenas un puñado de horas atrás, en una reunión previo que se organizó entre los asesores de Ebrard y Márquez Colín, con los senadores oficialistas, se había desatado una insólita pelea a los gritos, que terminó con un desencajado Ricardo Monreal pidiendo “respeto y paz”.

¿Qué ocurrió? Los senadores de Morena, PT y PES le pidieron a los asesores de Ebrard que mostraran el acuerdo firmado con la Casa Blanca, porque de otra manera sería imposible frenar los rumores de presuntas cláusulas secretas. Hay que recordar que hasta el viernes, sólo se conocía la declaración conjunta, pero no se había mostrado jamás el documento oficial, que desde luego traía las condiciones reales del acuerdo.

Fabián Medina -del equipo de asesores de Marcelo Ebrard- no tuvo mejor idea que responderle a los senadores de la coalición oficialista que no tenían una copia de lo firmado con Trump, porque seguramente “se había quedado en la embajada de EU”.

La reacción de los senadores fue brutal. A los gritos, varios le preguntaron si pensaba que tenía derecho a tratarlos “como a pendejos”. Eduardo Ramírez, que coordinaba la reunión, intentó contener a varios de ellos, especialmente a las más furiosas: Nancy de la Sierra y Geovanna del Carmen Bañuelos, ambas del PT.

Cerca de la sala se encontraba Ricardo Monreal, quien fue notificado de la pelea a los gritos que se había desatado entre los senadores y el equipo de asesores de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Decidió intervenir.

Desencajado por las acusaciones cruzadas, Monreal escuchó lo que había ocurrido, y comprendió que el sentimiento general no daba margen para defender al asesor de Ebrard. Le exigió entonces que le pidiera disculpas a sus senadores. El ambiente era insoportable.

Ebrard supo lo que acababa de ocurrir, y entendió que un rato más tarde debería contar con el apoyo de los oficialistas. Eso desencadenó la decisión de último momento de soltar, ya iniciada la comparecencia, el famoso documento firmado con la Casa Blanca.