La sucesión gubernamental iniciará formalmente el sábado 25 de mayo con la instalación de un renovado Consejo Político Estatal del PRI, el órgano partidista que dictará las reglas para las y los aspirantes a contender por la candidatura a gobernadora o gobernador.
Todo el ritual pasará por el Consejo Político.
Por eso, sus integrantes deberán ser leales a la gobernadora Claudia Pavlovich, que manejará su propia sucesión ya sin el gran dedo elector del presidente de la República y sus consejeros.
La política siempre será de grupos.
Hoy no debe ser la excepción.
En este punto llamará la atención si el Grupo Bours retiene a sus consejeros o desaparecen del mapa, luego de la mediática y ruidosa renuncia al partido de Ricardo Bours, al clásico estilo de Germán Martínez.
El otro grupo poderoso, el de Manlio Fabio Beltrones, también atraerá miradas por si aumenta o disminuye.
Pero en esta ocasión se alzará como el grupo más poderoso el de Claudia Pavlovich.
Necesitará de esa fuerza para llevar a buen puerto a su candidato o candidata.
Una regla no escrita del sistema político es que el mandatario en turno llega a la cima del poder a la mitad del sexenio. Hoy, en Sonora, se cumplió esa máxima. Claudia Pavlovich aplicó la famosa frase Nobleza Obliga para cumplir con dignidad. Pero ya opera su estrategia personal, su propia sucesión.
Claro, la gobernadora desplegará todo su oficio político para mantener la unidad en un disminuido ejército de priistas, militantes y simpatizantes.
Las traiciones siempre son un elemento que pesa en la derrota. Ese sabor amargo lo probó Eduardo Bours, el ex gobernador que tiene su fuerza, sobre todo en el sur de Sonora, y poderosos contactos a nivel nacional. ¿Apoyará a Claudia o a Ricardo? ¿O a ambos?
Eso en lo interno, porque sin el apoyo de la población apartidista poco o nada pueden hacer los partidos políticos.
Es en esa gran masa donde ya se siente el desencanto, el embrujo que en las pasadas elecciones cautivó a la mayoría de los sonorenses, como en el resto del país.
Por eso en el PRI deben pasar del discurso a los hechos.
A trabajar, sudar la camiseta.
No a festejar la victoria y dejar para después el trabajo de campo, como dicen que sucede con el imberbe líder juvenil Héctor Enciso.
Obviamente El Pato de Lucas está obligado a predicar con el ejemplo. Debe llevar a la realidad el mensaje que dejó en un discurso de autocrítica. Dijo: “Las puertas del PRI siempre estarán abiertas para recibir a quienes son la gran mayoría, los sonorenses que no tienen preferencia partidista”.
A cumplir, no tienen de otra.
Ese negocio llamado IMSS
El ex director del IMSS, Germán Martínez, un panista que a tiempo se subió a la ola AMLO, renunció a su chamba en medio de un escándalo nacional al acusar de tacaña a la Secretaría de Hacienda.
Este caso, como muchos otros, hay que verlo desde un punto de vista frío, sin apasionamientos.
Siempre son por negocios. Y el de las medicinas son un negocio supermillonario.
A Germán, todo hace suponer, lo descubrieron haciendo negocios. Y le cerraron la llave de los recursos. Antes de morir de sed, mejor se fue. Con el mayor ruido posible.
Hoy ya hace el papeleo para regresar al Senado.
Es la señal de un semi perdón presidencial.
Ya no le conviene hacer más ruido. Seguramente dejó algunas huellas en lo que fue su despacho.