AMLO premiaría al PRI y al PAN por la ayuda ofrecida para nombrar a Yasmín Esquivel en la Corte Suprema con dos espacios en la Comisión Reguladora de Energía (CRE), organismo que en las próximas semanas deberá cubrir las cuatro vacantes pendientes que no le permiten sesionar desde hace largas semanas. Así lo informaron a LPO operadores del PRI en el Senado.
Ricardo Monreal, el líder de Morena en la Cámara alta, negocia en el Gobierno dar de baja dos de esas cuatro ternas, reemplazarlos por candidatos amenos a los partidos tradicionales y apoyarlos en el pleno, donde se requieren dos terceras partes para la selección final.
El trámite es calcado al de la elección de los jueces supremos: si el Senado rechaza dos veces las ternas AMLO puede elegir a quien le parezca y la oposición prefiere evitar ese final. Este martes, los marrones debieron esperar a la segunda ronda de la votación para nombrar a Yasmín, la preferida del presidente pero hasta el lunes resistida por la oposición y casi la mitad del oficialismo.
En la primera votación consiguió 66 votos, 20 por debajo que los dos tercios, pero tras un receso de una hora fue elegida por 95 senadores, una cosecha que incluyó al PRI y algunos senadores del PAN, cuyos principales referentes habían anunciado el rechazo a las tres candidatas en varias conferencias de prensa.
Durante el intervalo, los aliados retomaron la discusión por los lugares en la CRE y pidieron su recompensa. Unas horas antes, mientras en los patios sólo se hablaba de las chances de Yasmín, el senador panista Julen Rementería Del Puerto había presentado un documento para solicitarle a Monreal someter las ternas “a votación ya y, de ser posible, el mismo día de hoy”. No sucedió.
Los partidos históricos tienen otros argumentos para reclamar: durante las audiencias los candidatos de AMLO exhibieron mucha ignorancia sobre cuestiones básicas, como cuando Jorge Amaya Mendívil confundió el CEL -Certificado de Energía Limpia- con el teléfono celular. “No se sabían algunos términos burocráticos, pero no pasa nada”, fue la llamativa defensa de Rocío Nahle.
Hubo más: Guadalupe Escalante necesitó leer la definición y las funciones de la CRE que había encontrado en Google, Ángel Carrizales reconoció que no era “experto en el tema” y no supo explicar qué era el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), que tiene a su cargo el control operativo del Sistema Eléctrico Nacional.
Con esos antecedentes, AMLO tendría la excusa perfecta para abrir dos lugares a sus socios del Senado, donde aún quedan muchos cargos y reformas constitucionales que necesitan los dos tercios del pleno para llevarse a cabo.
Otro organismo con sillas vacías es la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), con tres vacantes pero sólo dos ternas ya punteadas por Alfonso Romo, que intervino después del papelón de las propuestas para la CRE. Este caso también debería tener una resolución rápido: existe el riesgo de quedar sin quórum si alguno de sus miembros renuncia.
Los candidatos de la CNH se demoraron en llegar porque el Jefe de la Oficina de Palacio Nacional intenta convencer a AMLO de que esta vez sí se propongan perfiles técnicos para darl un mensaje alentador a los mercados. Si no lo logra, una salida es ceder lugares a la oposición dialoguista.
Otro botín es Pemex, con direcciones disponibles y una crisis de confianza que bien podría recuperarse con una foto de unidad nacional, como la que viene regalando el Senado en votaciones claves. Monreal está dispuesto a servir de enlace para garantizar varias veces más esas postales triunfales. Resta que AMLO las autorice.
