Hoy miércoles transcurre como una jornada de alta intensidad en Palacio Nacional. Andrés Manuel López Obrador está preocupado por posibles declaraciones que pudiera hacer la familia de Rafael Moreno Valle que generarían conflictos con el Gobierno y sus planes de investigación.
LPO pudo conocer que en las últimas horas se buscó desde el oficialismo un acercamiento, especialmente con el padre del ex gobernador, Rafael Moreno Valle Suárez, quien todavía no ha dado una respuesta. Ayer, durante el funeral, Olga Sánchez Cordero recibió un trato glaciar de parte de la familia, o al menos así se lo ha transmitido la secretaria de Gobernación al presidente.
El Gobierno no quiere una situación en la cual la familia comience a objetar las investigaciones realizadas o a cuestionar los procedimientos emprendidos para esclarecer la tragedia. Moreno Valle Suárez es un hombre de negocios y esperan que conserve un ánimo conciliador.
La inquietud en Palacio Nacional también llegó por comentarios de algunos gobernadores que se congregaron en Puebla. Algunos de los mismos le hicieron saber al Gobierno que los padres del ex gobernador están cerca de la idea de que la caída del helicóptero Augusta AW109S Grand no fue un accidente, sino algo intencional y planificado. Un atentado.
En este sentido, el Gobierno se apresuró ayer martes a señalar, a través de Alfonso Durazo, que no se detectó que una explosión hubiera podido generar el desplome del helicóptero. También se habló de la creación de una comisión para investigar el caso.