Hasta la propia Melania se sumó a las críticas por las nuevas medidas migratorias que han puesto a la Casa Blanca en entredicho, debido al polémico proceso de separación de niños y adultos que han cruzado ilegalmente la frontera de Estados Unidos.
Pese a que la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, justificó el retiro de su país del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas por “un prejuicio crónico contra Israel”, para los equipos diplomáticos en Ginebra fue evidente la enorme influencia que tuvo en esta decisión la crisis humanitaria, política y mediática disparada por las directrices migratorias de la actual administración.
En México, contrario a su actitud diplomática, el canciller Luis Videgaray amenazó con acudir a las cortes internacionales para apelar las nuevas medidas migratorias, las cuales -en opinión del funcionario mexicano- atentan contra la dignidad de las personas.
No obstante, en Washington reconsideraron lo sucedido. Tras amenazantes mensajes del presidente Donald Trump explicando que dicha segregación que incluyó jaulas es necesaria para impedir que el suelo norteamericano se convierta en “un campo de refugiados”, hoy el mandatario estadounidense adelantó la firma de una Orden Ejecutiva para evitar la separación de familias los niños inmigrantes de sus padres en la frontera sur de su país.
“Firmaré algo en un rato”, reveló a la prensa presente en la Casa Blanca. “Queremos mantener a las familias juntas”, subrayó Trump. “Firmaremos una orden ejecutiva en breve”, agregó y confesó que acompañará el anuncio con una legislación que deseó sea aprobada por el Congreso. Esto fue seguido del mensaje en Twitter: “Trabajando en algo”.
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