Fue una rebelión de ‘los de abajo’, lo que permitió el triunfo de Morena en Sonora en los pasados comicios del 1 de julio, pese a que esta entidad no se caracteriza por tener preferencia hacia los partidos de izquierda, consideró el investigador Álvaro Bracamonte.
El especialista en temas de economía social y políticas públicas del Colegio de Sonora, señaló que en esta elección pasó a segundo término la inclinación partidista que se había heredado de generación en generación, para dar paso a la entrada de un nuevo régimen de gobierno que, aunque incierto, representó esperanza para la ciudadanía.
“Fue una especie de molestia y rebelión de los de abajo y eso supone por tanto un desplazamiento de una clase política y el surgimiento de una nueva, que seguramente exigirá que se atiendan las propuestas que plantearon en el proceso electoral y que estas se reflejen en la construcción, entre otras cosas, del presupuesto 2019”.
Si bien es cierto, comentó, el triunfo no fue solo de los ‘morenistas’ ya que participaron en coalición con otros partidos políticos como el PT y Encuentro Social, este último con estatutos derechistas, pero la influencia más importante la tuvo sin duda Andrés Manuel López Obrador por Morena.
“Es en todo caso una expresión más que de una anuencia hacia la izquierda y las posturas progresistas, de reclamo de los sonorenses hacia como se han hecho las cosas hasta ahora, más que otra cosa es el reflejo de la irritación y malestar que la sociedad tiene de los políticos de viejo cuño”.
Mónica Miranda/La Silla Rota
