“No queremos que su gobierno fracase, su fracaso sería el fracaso de las víctimas y la nación entera”. Con este potente mensaje, el poeta Javier Sicilia externó sus preocupaciones a Andrés Manuel López Obrador durante el Segundo Diálogo por la Paz, la Verdad y la Justicia, el cual no estuvo exento de gritos, reclamos y lágrimas de las víctimas de la violencia.
No obstante, el complejo mensaje de Sicilia Zardain incluyó una estrategia para eliminar los foros de paz y reemplazarlos por mesas de trabajo coordinadas por la Segob de Olga Sánchez Cordero, además de críticas a la creación de la Secretaría de Seguridad Pública porque, argumentó, no pueden atenderse los temas de verdad, paz, justicia y reconciliación como asuntos de seguridad, sino como “de gobernabilidad, de gobernanza” (en referencia a la célebre justicia transicional).
Por ello, en opinión del también defensor de derechos humanos, los programas sociales deben organizarse desde la dependencia que encabezará Sánchez Cordero, y citó las palabras del mismo tabasqueño: “La paz no es fruto de la fuerza, sino de la justicia”.
Pese a que López Obrador no respondió a estas molestias y propuestas -al menos, no directamente-, para los presentes no pasó desapercibido el incómodo sitio en el que dejó el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad a Alfonso Durazo, quien por esas horas se encontraba reunido en el recinto de San Lázaro junto a Porfirio Muñoz Ledo para encargarse de los detalles de la toma de protesta del 1 de diciembre.
De acuerdo con consultas de LPO a operadores del CEN de Morena, un estira-y-afloja sobre la responsabilidad y el protagonismo de esta tarea en favor de las víctimas se cierne sobre los equipos de ambos políticos. Por un lado, la futura Secretaria de Gobernación, quien constitucionalmente continúa con la obligación de la inteligencia, la operación política y la seguridad del país; y por el otro, el eventual Secretario de Seguridad Pública, el cual tendrá la difícil tarea de devolver el orden, la paz y la tranquilidad al país.
La mirada integradora de la que habla AMLO cuando critica que la pacificación “no es sólo asunto de policías y ladrones”, “no más fuego al fuego”, sino de “más y mejores programas sociales”, y de “un gobierno austero que combate a la corrupción”, en cuál de los dos funcionarios recae. “Obviamente cada uno tiene argumentos suficientes para decir que es su tarea; claro, en coordinación con otras secretarías y subsecretarías, pero Olga tomó la delantera”, revelaron a esta redacción. ¿Qué consecuencia tiene esto en la conformación del próximo Gabinete? “El poder de influencia de una secretaría sobre otra, aunque se piense que guardan la misma jerarquía, la experiencia ha dicho lo contrario”.
Sin embargo, anticipando cualquier escenario luego de un análisis de la administración pública, Obrador ya mandó la orden al senador Ricardo Monreal y al diputado federal Mario Delgado que el mismo 1 de diciembre sea a propuesta y aprobada en un tiempo récord la creación de la dependencia federal a cargo de Alfonso Durazo. “Un supersecretaría”, han dicho algunos. Incluso, pidió al presidente Enrique Peña Nieto que hiciera uso de su investidura para enviar una iniciativa de ley preferente en el mismo sentido y antes siquiera de que el tabasqueño asuma como nuevo presidente de México.
Las dudas sobre los roles y el desempeño de ambos en las áreas de seguridad continúan, aunque aún sobra tiempo para que los futuros titulares del aparato de seguridad de estado mexicano dialoguen y delimiten su poder de influencia en la agenda del próximo presidente.
