El equipo de Rocío Nahle, nominada para la Secretaría de Energía del gobierno entrante, ya revisa contratos petroleros asignados a privados en el marco de la reforma energética. El primero es el del consorcio conformado por Sierra Oil, Talos Energy y Premier Oil, en el marco de la Ronda Uno.
En 2015 estas firmas ganaron su primer contrato de exploración en aguas someras mexicanas: el bloque 2, para el cual presentó una oferta ponderada de 52.9% de participación para el estado en la utilidad operativa después de impuestos.
Para este bloque, ubicado en las Cuencas del mexicano, con una extensión de 194 kilómetros cuadrados a un tirante de agua de 31 metros, la Secretaría de Hacienda determinó un valor mínimo de la participación del Estado en la utilidad operativa de 40% y un valor mínimo de incremento en el programa de trabajo de cero, por lo que el consorcio, con una oferta de valor de 55.99% e incremento del 10%, ganó la licitación en espera de que se oficialice el fallo este viernes.
La revisión de este acuerdo toca intereses muy sensibles. Sierra Oil está muy ligada a Infraestructura Internacional, empresa de Jerónimo Gerard, familiar directo de Carlos Salinas de Gortari. Esta empresa a su vez esta muy comprometida con futuras obras del Nuevo Aeropuerto de la CDMX.
En paralelo este consorcio tiene apoyo de Black Rock, el mayor tenedor de activos en el mundo, donde juega fuerte Carlos Slim y donde también aparece un ejecutivo muy conocido en Wall Street como es Gerardo Rodríguez Regordosa, que en la campaña presidencial mexicana aterró a más de un interlocutor con sus pronósticos en caso de que Morena ganara la presidencia.
Esta revisión sorprende en el sector petrolero porque la especulación general era que el primer contrato que se iba a revisar sería el de BHP Belliton en aguas profundas.
