Melania Trump quería dar un paso hacia adelante después de que su esposo echara uno atrás. Pero se tropezó. La primera dama viajó por sorpresa este jueves a McAllen, Texas, para visitar un albergue de niños inmigrantes, algunos de ellos separados de sus padres por la política de tolerancia cero. Su única misión era mitigar los daños causados por la medida implementada por el presidente estadounidense, pero lo hizo con tan mala fortuna que no se le ocurrió lucir otra prenda que una chaqueta con el lema: “La verdad es que no me importa, ¿a ti?”.
Las críticas y suspicacias arreciaron en los medios y las redes sociales y, al cabo de un rato, el presidente, Donald Trump, intervino a través de su cuenta de Twitter. Aclaró que el mensaje no suponía una afrenta a los niños, pero endosó a la primera dama otra polémica: “LA VERDAD ES QUE NO ME IMPORTA. ¿A TI?’, escrito en la espalda de Melania se refiere a los medios de comunicación mentirosos. ¡Melania ha descubierto lo deshonestos que son y de veras que ya no le importa!”, escribió.
La primera dama, que ha tenido un perfil político bajo durante la Administración, presionó para que Donald Trump reculara sobre la práctica que permitía dividir las familias migrantes sin papeles que cruzan la frontera. Ese movimiento elevó su imagen, pero la primera dama no logra sacudirse de las polémicas. Ni ella -que no tiene experiencia política-, ni el equipo que la rodea, que en teoría tiene el deber de asesorarla para que no cometa este tipo de errores, se percató de que la chaqueta de Zara, de 39 dólares, podía desviar la atención. La portavoz de Melania, Stephanie Grisham, defendió que no había ningún mensaje oculto y que lo importante era su visita a Texas. Pero las redes no estuvieron de acuerdo y convirtieron a Melania Trump en Trending Topic por su vestimenta.
La primera dama le pidió el martes a su equipo que planificara el viaje, sin tener certeza de que al día siguiente Trump firmaría un decreto para mantener unidas a las familias que crucen ilegalmente la frontera. “Fue idea de ella antes de que el presidente firmara la orden ejecutiva. Él la apoyó, pero no fue el que la invitó a ir”, aclaró la portavoz Grisham. “Ella apoya la reunificación familiar. Piensa que es importante que los niños se queden con sus familias”, agregó. Poco después de que circularan las primeras imágenes de Melania en McAllen, el presidente se refirió a su viaje en una rueda de prensa en la Casa Blanca: “Mi esposa está ahí ahora porque estaba preocupada por lo que está pasando. Todos lo estamos”.
La visita incluye dos instituciones relacionadas con las familias inmigrantes “para conocer” sobre lo que está pasando, según explicó al aterrizar. Debido a una torrencial lluvia, el primer destino fue el centro Upbring New Hope Children, en el que se encuentran 55 niños de entre 12 y 17 años, la mayoría guatemaltecos. Seis de ellos fueron separados de sus padres al cruzar la frontera. Melania se dirigió en primer lugar a los trabajadores sociales: “Todos sabemos que están aquí sin sus familias, y quiero daros las gracias por vuestro trabajo duro, compasión y amabilidad en estos momentos difíciles”. Luego visitó tres salas de clase e interactuó con docenas de menores. Les preguntó de dónde venían, si eran amigos entre ellos y cuánto tiempo llevaban en el albergue.
La separación de los niños de sus padres indocumentados inspiró el rechazo internacional y local, incluso dentro del propio partido republicano. Excepcionalmente, consiguió que todas las exprimeras damas de EE UU se pronunciaran alineadas en criticar la medida, que la ONU calificó de “una seria violación a los derechos humanos de los niños”. El domingo, Melania se distanció del actuar de su esposo y publicó una declaración a través de su portavoz en la que invitaba a ambos partidos a ponerse de acuerdo. “Necesitamos ser un país que siga todas las leyes, pero también un país que gobierne con el corazón”, apuntó.
El posicionamiento a favor de los niños elevó la figura de la primera dama, quien acostumbra mantenerse alejada del revuelo político. Dos días después de que Melania publicara el comunicado, Ivanka Trump, hija y asesora del presidente, le traspasó a su padre su interés en poner fin a la polémica medida. Esto, según las palabras de Trump, porque no fue una declaración pública. Hay que recordar que la modelo y empresaria fue muy criticada cuando subió a las redes sociales una fotografía abrazando a su hijo, el mismo fin de semana que se supo que cerca de 2.000 menores habían sido separados de sus padres en seis semanas.
Trump ordena la reunificación de las familias de inmigrantes separadas en la frontera
Donald Trump buscó este jueves un difícil equilibrio en su intento de proyectar al mismo tiempo contundencia y compasión ante la inmigración irregular. El presidente estadounidense ordenó a las agencias del Gobierno la reunificación de las más de 2.000 familias de inmigrantes separadas desde abril tras cruzar ilegalmente la frontera desde México. El día antes, las autoridades descartaron hacerlo de inmediato después de que Trump cancelara su polémica política de ruptura.
La unión de padres e hijos será una tarea compleja porque en ocasiones no se ha sabido con certeza dónde está cada uno. Por ejemplo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos, encargado de la custodia de los menores, reconoció estar esperando directrices sobre la “implementación” de la orden ejecutiva de Trump que acabó con la separación de familias.
Pero el mandatario republicano no abandonó este jueves su retórica incendiaria al insistir en la necesidad de levantar un muro fronterizo, mantener una “política muy dura”, calificar a los demócratas de “extremistas que quieren fronteras abiertas” y atacar ferozmente a México. “No hace nada por nosotros excepto coger nuestro dinero y mandarnos drogas. Podrían arreglar esto en dos días”, dijo del país vecino, al que acusó de alentar la inmigración hacia Estados Unidos.
Por otra parte, el Pentágono inició los preparativos para acoger en bases militares hasta 20.000 niños inmigrantes que lleguen solos a EE UU. En 2014, el Gobierno de Barack Obama alojó a unos 7.000 menores en instalaciones del Ejército.
Trump, obsesionado en aparentar fortaleza, ha sufrido un doble fracaso en inmigración. La ola de repudio le forzó el miércoles a acabar con la ruptura de familias de indocumentados tras pasarse días insistiendo en que solo el Congreso podía hacerlo. Y este jueves sufrió un nuevo chasco después de que la división entre los republicanos de la Cámara de Representantes obligara a posponer la votación de una propuesta de ley que incluye las principales restricciones migratorias solicitadas por Trump, como un muro con México, e impide la separación de padres e hijos tras cruzar ilegalmente la frontera.
La demonización de la inmigración catapultó en 2016 a Trump a la Casa Blanca. Pero ahora también ha expuesto sus límites políticos. El republicano se pasó días clamando falsamente que los demócratas le forzaban por ley a romper familias cuando en realidad respondía a una decisión de su Gobierno. El martes les acusó de permitir que indocumentados “entren e infesten nuestro país” e insistió en que el Congreso debía cerrar “vacíos legales” para poder evitar la separación de padres e hijos.
El objetivo de Trump era utilizar el drama de los niños, como ya hizo en el pasado con otros inmigrantes, para tratar de lograr una dura ley migratoria, que incluya fondos para su muro y otras restricciones. El miércoles, sin embargo, llevó a cabo su mayor rectificación como presidente cuando firmó un decreto para terminar la política de separación y contener una crisis creada por él mismo.
Y este jueves se visualizó con crudeza en la Cámara de Representantes la brecha en inmigración entre los republicanos. Los más conservadores y moderados chocaron alrededor de una propuesta de ley que abre la puerta a legalizar a los dreamers, los indocumentados que llegaron de niños a EE UU. El sector más restrictivo rechaza apoyar lo que temen pueda interpretarse como una “amnistía” a inmigrantes y pueda dañarles en las elecciones legislativas de noviembre. En cualquier caso, si una de las leyes avanzara en la Cámara parece imposible que lo haga en el Senado porque los republicanos necesitan el apoyo de nueve demócratas.
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