Los gobernadores han iniciado el control de daños al interior de Acción Nacional, al manifestar su deseo de colaborar y reunirse con Andrés Manuel López Obrador. Pero la presión sobre la dirigencia albiazul continúa, y esta vez fueron casi 30 panistas activos quienes firmaron un desplegado en el que exigen la renuncia de Damián Zepeda y la de su ex candidato a la presidencia, Ricardo Anaya.
“Anaya, Zepeda y demás equipo deben renunciar ya, no tienen legitimidad colectiva para seguir conduciendo al partido. Deben convocar de inmediato a la renovación de los órganos estatutarios”, refiere el comunicado firmado por Javier Paz Zarza; la ex secretaria de Turismo de Felipe Calderón e miembro del equipo de Margarita Zavala, Patricia Espinosa; Salvador Abascal Carranza, hermano del ex secretario de gobernación, Carlos Abascal; y el ex titular de la Cofepris en la administración calderonista, Miguel Ángel Toscano.
“El resultado electoral [de la elección del 1 de julio] los reprueba y desacredita su cargo para nuevas oportunidades de conducción. El partido debe refundarse con una nueva proyección de sus principios doctrinarios y mayores exigencias de vida ética y democrática interna”.
El grupo de panistas cercanos al ex mandatario federal, solicitaron además que la Comisión Permanente nombre a un presidente interino tras una eventual salida de Zepeda Vidales, realizar una auditoría financiera de 2017 y lo que va del 2018, nombrar una comisión plural que realice un análisis profundo sobre los efectos de “Por México al Frente”, y un balance del desempeño de los candidatos del reciente proceso electoral.
“La cancelación de la pluralidad y de la competencia internas; corrupción, autoritarismo, persecución de la disidencia, entre otras. La formación del frente fue intransitable para buena parte de los panistas y conveniente sólo para la perspectiva de Anaya”, agrega el boletín.
No obstante, la respuesta no se hizo esperar. Damián Zepeda aseguró a Grupo Imagen afirmó que pese a las opiniones al interior de su partido, no dejará la dirigencia del PAN y seguirá dirigiendo al instituto político hasta que no se convoque a nuevas elecciones internas, como se estableció en los estatutos (contrario al método de elección por consejo).
“Soy dirigente nacional del PAN y lo seguiré siendo. Te lo digo con completa convicción. Importa la opinión que tengan algunos, yo respeto, pero fuimos electos. Nunca en mi vida he sido rajón, y aquí estoy dando la cara. No tuve miedo, cuando se necesitaba mostrar carácter, como sí lo tuvieron muchos de los que hoy reclaman los cambios”, indicó, haciendo referencia a la batalla de Anaya Cortés y el Frente contra Los Pinos, y al presunto pacto entre Calderón y Peña Nieto que resultó en el apoyo del calderonismo a José Antonio Meade.
“Esta dirigencia no va a imponer al próximo dirigente -continuó-, pero tampoco lo van a hacer los gobernadores, ni alcaldes, ni diputados ni senadores, lo van a hacer los militantes.”
En el mismo tenor, el panista se dijo satisfecho de los resultados electorales. “La prioridad hoy del PAN es defender nuestros triunfos”, subrayó. Y pidió a los militantes ser una oposición firme en todo aquello que difieran con el eventual gobierno de AMLO. “Ojalá como salieron un par de semanas antes a ponerle el tapete al gobierno de López Obrador, lo hubieran hecho también con su candidato”, reprochó a los calderonistas.
Aunque finalizó garantizando que, en su momento, se renovará la dirigencia, así como los cargos internos de Acción Nacional, descartando que la actual dirigencia imponga cargo alguno. Pues estos se someterán a un proceso democrático. Esto no ahuyenta la figura de Marko Cortés, quien –como esta redacción lo reveló– ansía con todas el momento de la venganza por quedar afuera de las listas plurinominales al Congreso de la Unión.
