Este fin de semana estará movidito en movimientos y ajustes de precandidatos y precandidaturas federales, empezando por la fórmula de senadores y de pasadita con los prospectos de ser inquilinos temporales en San Lázaro. Si usted escucha por ahí filtraciones que aseguren premios para fulanas y fulanos, tómelo con reserva. Cada quien busca llegar a la meta de acuerdo a sus posibilidades. Y una de ellas sería la de esparcir rumores que “vienen de mero arriba”.
En cualquier momento, de eso podemos estar seguros, se anunciarán oficialmente las candidaturas de unidad. A como están los tiempos ya se pueden descartar competencias internas.
Por eso el trabajo duro en estos momentos es la conciliación de intereses entre los grupos políticos que pelean una tajadita del pastel. Y en ese espacio cerrado sería sumamente difícil que haya filtraciones.
El silencio se alargará, máximo, suponemos, hasta este fin de semana.
Por ejemplo, el secretario de Gobierno, Miguel Pompa, habría comunicado a los integrantes de su círculo íntimo que iría con todo en un último intento para llegar a una candidatura, con la anuencia de la gobernadora. Ya se sabe que El Potrillo anhela quedar en la fórmula de senadores. Pero igual sus pretensiones bajaron y ahora le tira a una diputación federal.
Hay que estar atentos a los acuerdos que pudieran registrarse en Abelandia. Allí se podrían definir muchas cosas. Por allá deberán andar de paseo negociadores con una importante misión: Evitar una rebelión yaqui. Nomás cuidado con enfiestarse. Hay tantas leyendas urbanas que circulan en torno a esa juntada anual de políticos. Más vale de lejecitos. Por precaución.