La multitud se fue congregando desde muy temprano en las inmediaciones del Estadio Azteca, el emblemático espacio que eligió Andrés Manuel López Obrador para cerrar su tercer campaña como candidato presidencial, la primera que cierra con una amplia ventaja en las encuestas.
El candidato de Morena encabezó un discurso pacífico, pero con un fuerte tono de triunfador. Lo acompañaban en el escenario sus hijos, su mujer, los candidatos a gobernadores, y los líderes de los partidos que lo acompañan en la coalición Juntos Haremos Historia.
“Con este acto festivo llegamos al final de la campaña 2018. El ánimo de la sociedad y encuestas indican que vamos a ganar las elecciones del próximo domingo”, dijo confiado como nunca antes en su carrera política. Las encuesta lo acompañan: en promedio, los estudios de opinión pública hablan de una ventaja no menor a 15 puntos.
“La victoria del domingo se ha ido concretando con la abnegación de muchos, no surge de repente, sino que brota del malestar que provocó el antiguo régimen autoritario de los últimos tiempos y que está ese régimen corrupto llegando a su fin”, aseveró.
López Obrador utilizó en su discurso la misma herramientas que esgrime desde hace años: la necesidad de desterrar la corrupción y la impunidad, además de utilizar los recursos que se desvían en inversión pública para detonar el crecimiento económico.
“Seremos la cuarta transformación de México”, dijo, y volvió a poner de ejemplo los otros tres grandes hitos de la historia nacional: la independencia, la Reforma y la Revolución. “Con la suerte de que nosotros seremos los primeros en lograrlo sin derramar una sola gota de sangre. Somos pacíficos”, celebró.
Sin mencionar a Venezuela ni a Chávez, López Obrador dejó algunas frases explícitas como respuesta a las reiteradas comparaciones que se hacen con gobiernos populistas de la región. “Nuestro cambio será pacífico, pero no por eso será superficial. Será un cambio radical, y no hay que asustarse con eso. Radical quiere decir de raíz. Desterraremos la corrupción”, explicó.
Y agregó minutos más tarde: “Esto jamás será una dictadura, porque habrá derecho a disentir, habrá una oposición que ejercerá su derecho a opinar”.
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