El titular del Consejo Mexicano de Negocios, Alejandro Ramírez, ha decidido que la renegociación del TLCAN sean el punto de encuentro entre Andrés Manuel López Obrador y los capitanes del dinero. “En su sexenio va a haber mucha fricción empresaria por distintos temas como salarios, impuestos o seguridad, tenemos que empezar por las cosas en las que estamos de acuerdo”, dijo noches atrás el director de Cinepolis en una cena para pocos en Santa Fe.
Algunos de los participantes explicaron a este medio que Ramírez está en contacto permanente con Gerardo Esquivel y con Alfonso Romo y que el plan es armar un equipo de técnicos de distintas industrias afectadas por la incertidumbre sobre el Tratado que ha generado la Casa Blanca.
Ramírez le ha dicho a los asesores de AMLO que si las empresas mexicanas van a tener que pagar más salarios, nuevos tributos o cumplir con nuevas obligaciones tienen que ser rentables y para eso es vital que haya una continuidad del acuerdo. Romo y Esquivel coinciden con a idea de Ramírez.
El directivo de Cinepolis está convocando referentes del sector automotor, las manufacturas, y el sector de alimentos.
Desde Morena solo se pide una cosa: que el nuevo acuerdo sea más benévolo para el campo mexicano. Fuera de ello, AMLO tiene poco interés en disputas como reglas de origen, propiedad intelectual o comercio electrónico.
Ramírez parece un interlocutor adecuado porque a diferencia de otros hombres del CMN como Germán Larrea o Claudio X. González no está demasiado indentificado con gestiones anteriores.
El ejecutivo cree que es un tema de urgencia el TLCAN porque la idea de renegociar para siempre y sostener el statu quo comercial quedó anulada por completo con el plan de aranceles que impulsa la Casa Blanca.
En la cena de Santa Fe se escucharon buenos comentarios sobre el rol de Ildefosno Guajardo y se pidió a Ramírez negociar que el actual secretario de Economía siga participando desde alguna posición en la renegociación.
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