Circula la versión de que Abel Murrieta podría convertirse en el próximo candidato del PAN a la presidencia municipal de Cajeme. Si el fichaje es sólo de Abel, de nada se preocuparía el PRI. Pero si la contratación es del grupo político que lo respalda, con Ricardo Bours a la cabeza, entonces sí sería motivo de preocupación.
Suponemos que en la cúpula panista piensan que con Toño Astiazarán y Abel Murrieta, si finalmente se confirma la especie, ya tendrían derrotado al PRI.
Para nada.
Primero porque los negocios al amparo de la política siempre serán prioridad para los jefes de grupo.
Eso lo entienden bien los grupos económicos que gustan de invertir en política.
Y esos grupos ya apuestan con miras al 2021.
Además, las contrataciones priistas tendrán que sacar lo mejor que tienen de oficio político, porque los panistas no los recibirán con sus brazos abiertos.
Aparte, los grupos azules lucen muy divididos.
Y por si fuera poco, el candidato presidencial panista está muy vapuleado. Y quién sabe si resista la presión.
Por lo pronto ya se menciona la posibilidad de nominar a un candidato emergente.
Eso es muy malo para el PAN Sonora.
Pero también para sus contrataciones priistas.
En fin, todo hace indicar que la fiesta continuará.
Hay que apartar un buen lugar para presenciar el baile.